Las fichas técnicas siempre se han visto como un documento puramente informativo que se utiliza para detallar las características y especificaciones técnicas (de aquí su nombre) sobre un producto determinado como por ejemplo: su composición química, peso, dimensiones, tipo de almacenamiento, etc., y diseñadas especialmente para las áreas comerciales, logísticas y departamentos técnicos de una empresa. Una documentación que raras veces se utiliza para otros fines que no sea para la comunicación interna, como por ejemplo informar a proveedores. Pero, ¿y por qué no convertirla en una potente herramienta de ventas destinada a clientes finales? Pongámonos en situación.
¿Qué es una ficha técnica?
Como hemos comentado al principio de este artículo, las fichas técnicas son un documento resumido y muy directo que sirve para especificar cuestiones del tipo: modo de empleo, cómo está hecho el producto, cómo debería transportarse o almacenarse, composición/ingredientes, oferta comercial, precios, descuentos, etc.
Pero estos documentos, que suelen tener un aspecto técnico, podrían, aparte de ser el documento informativo que son, transformarse una potente herramienta de ventas para el área comercial de la empresa. Un material de apoyo para presentar a tus potenciales clientes un producto de forma clara y directa.
¿Qué debe incluir una ficha técnica?
Sin duda, la información es el punto clave de la ficha técnica comercial. Las características técnicas, acompañadas de una buena imagen del producto, influyen en la decisión de un cliente a la hora de adquirir el producto.
La siguiente información es la que debería (de manera imprescindible) aparecer en tu ficha técnica para que ayude a conseguir los objetivos establecidos y tenga la función deseada.
- Identificación del producto
- Nombre comercial
- Nombre técnico
- Nombre científico (siempre que tenga. Normalmente para productos de origen animal o vegetal)
- País de origen
- Información técnica
- Composición
- Características físicas y químicas
- Densidad
- Información comercial
- Presentación
- Variedades
- Usos
- Empaque
- Embalaje
- Unidades por caja
- Aspectos arancelarios
- Si el producto se acoge a algún Tratado de Libre Comercio (TLC).
- Información adicional
- Fecha de creación del documento
- Fecha de la última revisión del documento
- Datos de contacto de la empresa
- Referencia del producto
Las fichas técnicas no son un documento estático, sino que se van modificando a la vez que el producto va evolucionando o mejorando. Es de suma importancia las revisiones constantes para asegurar que la ficha técnica encaja con el producto que se está vendiendo y la creación de nuevas versiones si éste lo requiere.
Es importante que esté siempre actualizada para su correcto uso, almacenajes y transporte, por eso debe incluir: producto, composición, origen de las materias primas, proveedores, dimensiones, que ayuden al cliente a hacerse una idea del producto que está adquiriendo y si cumple con sus necesidades.
A continuación te mostramos un ejemplo de ficha técnica.
Convierte tus fichas técnicas en una potente herramienta de ventas
En un post anterior vimos que la unión de la tecnología con el área de ventas era una fusión necesaria para conseguir los objetivos de la compañía de forma eficiente e incrementar las ventas. En este sentido, la fichas técnicas pueden convertirse en un punto de apoyo para el departamento comercial, sobre todo con la ayuda de herramientas como Dwit, que permite diseñar y compartir, de manera totalmente online, fichas técnicas comerciales. De esta manera, éstas pueden transformarse en un catálogo de presentación de tus producto claro y directo.
La ficha técnica ayuda a vender al propio cliente que nos compra. Por ejemplo, el que vende neveras necesita conocer la información técnica del producto para ayudarse a la hora de vender.
Si quieres convertir una ficha técnica en una potente herramienta de ventas te recomendamos descargar el siguiente ebook en el que te contamos Cómo diseñar la mejor ficha técnica y todo lo que debe incluir de manera detallada.